LA NECESIDAD DEL PERIODO DE ADAPTACIÓN

El ingreso del niño en la escuela supone para él un gran cambio, por lo que se hace necesaria la planificación conjunta por parte de la familia y la escuela del llamado periodo de adaptación, tiempo que requiere cada niño para asimilar su introducción en la institución escolar. El principal objetivo en este proceso es la progresiva separación familiar sin traumas, por tanto, es fundamental el establecimiento de unos horarios, metodología y actividades específicas para superarlo con éxito.

El niño se encuentra en un lugar nuevo y desconocido, en el que aparecen nuevas personas también desconocidas. Su situación cambia y, de ser el centro de su familia, pasa a ser “uno más” entre otros iguales. El niño se encuentra ante un conflicto por el sufrimiento o angustia que supone la separación de su figura de apego.

La aceptación del ingreso escolar por parte del niño puede ser positiva o negativa, siendo éste último caso el más común. En el aula nos podemos encontrar con niños que lloran o niños que no lloran pero rechazan ser atendidos por “extraños”, niños que se aferran a algún objeto que traen de casa o que preguntan reiteradamente por “su mamá”. En el entorno familiar pueden surgir alteraciones del sueño, trastornos digestivos, regresión en el control de esfínteres, etc. No obstante, todos los niños terminan superando estos problemas y adaptándose, cada uno a su ritmo. Sabemos que un niño está adaptado cuando es capaz de relacionarse con sus compañeros y con el adulto, cuando se mueve por la escuela con soltura, cuando manipula los juguetes del aula.

Para ayudar a que el niño se adapte a la escuela, los docentes planificamos los tiempos y las actividades de manera que se facilite la toma de contacto de los niños con el nuevo espacio de manera paulatina, tomando una primera toma de contacto con sus familiares, ampliando el horario escolar dependiendo del nivel de adaptación de cada niño o niña, planteando actividades motivadoras que despierten su curiosidad…

Por último, cabe destacar que no es solo el niño el que debe adaptarse a la nueva situación, sino también los padres. Las familias tienen una gran influencia en la adaptación de su hijo o hija; ellos deben sentirse seguros y transmitir esta seguridad a sus hijos, con actitudes positivas hacia el centro infantil. Por ello, en nuestro centro permitimos que los padres conozcan a las educadoras, así como el aula donde su hijo pasará parte de su tiempo diario.